lunes, 26 de noviembre de 2012

Platica con el Dr. José Roberto Endocrinólogo.


En el marco del programa de prevención de la violencia y salud integral se realizó una platica informativa sobre prevención de sobrepeso y obesidad el 5 de Noviembre del 2012 en la Escuela Normal "Dr. Manuel Suárez Trujillo".

Compartimos el vídeo de esta platica el cual fue realizado por la coordinación de tutoria académica de la Escuela Normal "Dr. Manuel Suárez Trujillo".

Esta platica fue dada por el Dr. José Roberto Gómez Cruz, médico internista y endocrinólogo, médico adscrito al centro de especialidades médicas "Dr Rafael Lucio".

Equidad de género: Un nuevo paradigma de vida.


Autora:
Mtra. Sara Alicia Morales Bolaños.
Coordinadora del programa de tutorías de la Escuela Normal Superior Veracruzana "Dr. Manuel Suarez Trujillo"


El proceso educativo lo convierte a uno en persona, es decir en un ser moral, libre y digno.
No nacemos personas, nos convertimos en personas a través de nuestro propio esfuerzo educativo, que se construye de acuerdo con el género, la condición social, histórica, racial, étnica, geográfica y el ciclo de vida en que nos encontremos.
En este espacio, nuestro comentario se centra en la equidad de género y para ello iniciaremos por una distinción. En primer lugar, es necesario hacer la diferencia entre el sexo, que es un hecho biológico  y el género, que es un concepto que connota una construcción social que se confiere a un cuerpo sexuado. En otras palabras el género es la interpretación del significado social del hecho biológico de haber nacido hombre o mujer. 
Los sistemas de género suponen prácticas símbolos, representaciones, normas morales y jerarquías de valores, de ahí que el sexo sea un fenómeno natural y el género un condicionamiento cultural.
Existe una inquietud compartida por muchas personas, principalmente mujeres, quienes consideramos que en el mundo el género femenino se encuentra en una situación de verdadera desventaja e inequidad con relación al masculino. 
Basta revisar las estadísticas para darnos cuenta de las dimensiones del problema: las mujeres somos la parte de la población con mayores índices de pobreza, desnutrición y desempleo; tenemos menores niveles educativos y salarios más bajos; sufrimos mayores índices de deserción escolar y de violencia intrafamiliar; además de contar con una doble jornada de trabajo.
Todo esto tiene por resultado la existencia de enormes diferencias entre los géneros que se traducen en múltiples prácticas en donde la mujer se encuentra en franca desventaja: su trabajo, sus actividades y su posición en la sociedad sufren una gran desvalorización social.
Creemos que esta situación puede y debe ser revertida. Muchas personas involucradas en la educación pensamos que la escuela puede ser un espacio privilegiado para formar, desde muy pequeños, a las niñas y a los niños de una manera diferente y para ellos los docentes tenemos un papel de fundamental importancia: existe en nuestras manos la posibilidad de promover, desde nuestra práctica cotidiana y desde el análisis de los medios de comunicación, la equidad, la solidaridad y el compañerismo entre hombres y mujeres.
La sociedad conjunta una multitud de prácticas sexistas que se llevan a cabo en la escuela, en la familia y desde los medios de comunicación que, por cotidianas, no son evidentes ni nos detenemos a reflexionar sobre su significado.

Procedamos a enumerar algunas de ellas:
      
      a)    Desde la familia.
Por lo regular, en las familias se brinda un trato diferenciado a los niños y a las niñas muchas de aquellas consideran al niño como un ser más inteligente intrépido racional e independiente y a la niña como un ser menos inteligentes, frágil, sensible y dependiente.
El que las niñas sean percibidas inferiores en el seno de la familia afecta su autoestima y autovaloración ya que muchas llegan a creer, verdaderamente que por el hecho   de ser mujeres valen menos que los hermanos. Por eso, en diversas ocasiones ven natural que ellos tengan más derechos y oportunidades de desarrollo.
Por otro lado, en la mayoría de las familias la encargada de realizar el trabajo de la casa es la madre. En ella recaen todas las responsabilidades familiares de higiene, alimentación y cuidado de los hijos, incluso cuando trabaja una jornada completa en el exterior; aunado a esto como el trabajo que las mujeres realizan en su casa es una actividad no remunerada, socialmente no se le considera valiosa.

También es necesario destacar que por lo general en las familias a las mujeres les corresponde cocinar; por ellos en los programas televisivos, radiofónicos o los medios impresos se parte de la idea de que es sólo la mujer la encargada de la cocina; por tanto, se dirigen a ella para darle consejos, recetas y prácticamente nunca lo hacen hacia los hombres.
Paradójicamente, la mayoría de los grandes chefs son hombres. Esto refuerza también el sexismo, al ser la mujer quien debe elaborar los alimentos cotidianos mientras las altas personalidades culinarias, las que realizan platillos especiales y sofisticados pertenecen al género masculino.

b) Desde el espacio escolar.
Tristemente, la escuela reproduce la inequidad, pues se mantienen múltiples prácticas que generan la discriminación de género, ubicando a las mujeres en una situación de inferioridad y limitando sus posibilidades de desarrollo.
Una primera manifestación de lo anterior es el hecho de que las maestras, a pesar de integrar la mayoría del cuerpo docente en educación básica, están sujetas a autoridades escolares conformadas en su gran mayoría por hombres.
El sistema escolar coloca a estos en posición de autoridad y a las mujeres en roles subordinados, independientemente de su calificación.
Múltiples estudios afirman que el hecho de que el trabajo docente en educación básica sea mayoritariamente femenino, influye mucho en su desvalorización social. Además entre más avanza el nivel educativo, el número de mujeres docentes empieza a declinar.
Por otra parte, la escuela es un entorno donde circulan diversos mensajes que se materializan en carteles, calendarios, monografías, periódicos murales y material audiovisual, en los cuales no siempre se fomenta la igualdad de derechos y deberes entre los géneros.
 En gran cantidad de este material se ubica a las niñas realizando actividades consideradas tradicionalmente femeninas, marginándolas de algunas posibilidades o simplemente ignorándolas.
Dentro de la escuela y en el concreto en el salón de clases, la “pedagogía oculta” transmite la discriminación entre los géneros, sobre todo a partir de las estructuras del conocimiento implícitas en contenidos, técnicas de enseñanza, sistemas de evaluación y sus criterios subyacentes, medidas disciplinarias etcétera.
Muchas veces maestras y maestros impulsamos a los hombres a hacer deporte a participar más en clase  a ser buenos en computación, matemáticas y ciencias,
Mientras que a las niñas se les orilla a ser más pasivas, discretas, dulces, limpias y a estudiar carreras humanísticas.
     Las investigaciones demuestran que a pesar de que maestros y maestras niegan que en su clase hagan diferencia de género, la realidad muestra lo contrario. Se plantea que cuando el docente deja participar a sus alumnos y alumnas, son los primeros los que más lo hacen; en cambio, cuando las mujeres intervienen, sus planteamientos no son considerados o son interrumpidos constantemente por sus compañeros, además de que ellas se muestran más nerviosas y hablan con voz entrecortada. Además, preguntan más a los hombres y tratan de ayudarlos a encontrar la  respuesta correcta; en cambio, a las niñas les preguntan menos y, si no conocen la respuesta, se les elude o simplemente se les indica que están equivocadas. En este mismo sentido, las observaciones demuestran que de alguna manera se induce a que niñas y niños realicen actividades diferenciadas donde estos últimos utilizan más creatividad e imaginación; asimismo, se les ofrecen retos más fuertes y mayores actividades al aire libre.
    
También se ha encontrado que, independientemente de su género, el docente interactúa menos con las niñas que con los niños; este patrón es más fuerte en secundaria que en primaria. En forma sutil, se dice a las niñas que para ellas la educación no es tan relevante como lo es para sus compañeros; a la vez sólo se les refuerza a la pasividad y la limpieza, devaluando constantemente su participación.
     No solamente hay diferencias entre las participaciones de las y los estudiantes en el aula, sino que la ideología predominante condicional el valor y significado de sus actividades. Hay una división sexual del trabajo escolar que se manifiesta en que ellas asuman la limpieza de los materiales utilizados, tomen apuntes, se los presten a sus compañeros y se encarguen de pasar los trabajos en limpio. Asimismo, como docentes, hay cosas que pedimos sólo a las niñas y otras que encargamos sólo a los niños, haciendo diferencias que responden a estereotipos sexistas.
     Desde las múltiples prácticas cotidianas  que se realizan en la escuela se promueve la desigualdad de géneros, a partir del sexismo que hemos interiorizado y que pocas veces nos detenemos a analizar.
     Por todo lo anterior, las niñas van sintiendo, a lo largo de su formación escolar, que realmente son inferiores a los niños, cuestión que es reforzada día a día por la familia y por los medios de comunicación.
   
 De igual manera, tenemos que la gran mayoría de los contenidos escolares desconocen las aportaciones hechas por las mujeres. En diversos países se han realizado análisis de los libros de texto, llegando a la conclusión  de que ignoran, casi por completo, a las mujeres; o bien, no existen, o si las mencionan, las confinan a la vida doméstica o a una participación marginal.
     El sexismo  también se manifiesta en el idioma español, donde el género masculino incluye al femenino, pero no viceversa. Como plantean los lingüistas, también el idioma español tiene un cariz ideológico que refleja la asimetría y la desigualdad, pero como estamos acostumbrados a usarlo, la mayoría de las ocasiones ni siquiera nos damos cuenta de ello.
     Por otra parte, la educación vocacional es también un elemento reproductor de esta desigualdad, ya que promueve una diferenciación por género hacia diversas carreras y ocupaciones, canalizando a las adolescentes hacia aquellos ámbitos considerados femeninos, y a los jóvenes hacia lo que se acepta socialmente como masculino.




c) Desde los medios de comunicación
     Varios estudios han demostrado que los medios de comunicación juegan un papel muy importante en la construcción de la identidad de acuerdo con el género, ya que difunden diversos modelos que sirven como parámetros de identificación y reconocimiento. A través de la relación cotidiana que tenemos con ellos, vamos incorporando, inconscientemente, conocimientos, valores, actitudes y conductas e interiorizamos los modelos de género que nos envían.
     La televisión nos muestra modelos de sociedad, de hombre, de mujer, de vida cotidiana y de relaciones sociales que contienen determinada visión del mundo, permeada, en la mayoría de los casos, por el sexismo. Hoy podemos encontrar muchas investigaciones donde se sostiene que uno de los efectos de este medio de comunicación es el de estimular opiniones estereotipadas respecto de los roles sexuales. Uno de estos estudios muestra que los niños y niñas portan opiniones  de esta naturaleza sobre los roles de cada uno de los géneros mientras más tiempo pasan frente al televisor.
     A este respecto se planeta que los personajes principales masculinos superan en una proporción de 3 a 1 a los femeninos y, con escasas excepciones, las mujeres tienden a aparecer como esposas, amantes o madres de los protagonistas.
     Por otro lado, y con mucha frecuencia, a la mujer se le utiliza en la publicidad como objeto decorativo o sexual.
     Estas situaciones nos llevan a hacer algunas reflexiones:
  •           El pensamiento encubierto, que contiene prácticas sexistas, segrega a la mujer y la sitúa en una condición de franca subordinación.
  •       Las instituciones sociales (familia, escuela) y, ahora con mayor fuerza que nunca, los medios de comunicación reproducen y refuerzan las condiciones de opresión y sumisión de las mujeres, al fomentar el machismo y la desigualdad sosteniendo estereotipos de género y roles sexuales diferenciados que otorgan a la mujer un lugar marginal y secundario, brindándole al hombre la mayoría de los protagonismos sociales.
  •          Existe una importancia creciente  de los medios de comunicación en la conformación de las identidades masculinas y femeninas y ésos le dan  a la mujer un papel secundario, centrado en lo tradicional o como objeto sexual.

   
 Lo enumerado nos lleva a reflexionar que, en primer término, para lograr la equidad entre los géneros se requiere aceptar que las mujeres somos seres humanos; que los dos géneros somos, al mismo tiempo, iguales y diferentes unos de otros, no como sexo sino como individuos; es decir, que las diferencias individuales son más importantes que las de género; que las cualidades por tradición asociadas a las mujeres, lo que puede llamarse “el principio femenino”, son por lo menos igual de valiosas que “el principio masculino”, y para ello se propone que las docentes y losa docentes analicemos de manera crítica, junto con nuestras alumnas y alumnos, los mensajes de los medios de comunicación para hacer explícita su propuesta de mujer y de hombre y desentrañar el sexismo que encubren. Propiciemos que, a partir de hechos reales y concretos, se estimule en los educandos el deseo de igualdad en derechos y deberes; se promuevan discusiones acerca de las responsabilidades de cada miembro de la familia y se cuestione acerca de cuáles son las razones por las que la mayoría de las actividades del hogar son responsabilidad exclusiva de la mujer;  se promuevan campañas que fomenten la equidad entre hombres y mujeres; se lleven a cabo estrategias y prácticas orientadas a devolverle la voz a las mujeres para que se reconozcan como personas plenas,  cívicamente igualitarias y capaces de hablar sobre temas que vayan más allá del campo familiar; se incluya en los currícula oficiales la historia olvidada por todos: la de las mujeres; y se fomente la capacidad que tienen las niñas y los niños de pensar, razonar, imaginar y crear nuevas relaciones de equidad entre hombres y mujeres.
Por último, es necesaria la conformación –no tradicional- de identidades de mujeres  y hombres, que propugnen cambios sociales, que promuevan la equidad de género, puesto que las mujeres no queremos ser hombres sino mujeres; no queremos educarnos como hombres ni gobernar como hombres ni crear como hombres ni amar como hombres. 
Deseamos ejercer nuestra vida desde un cuerpo de mujer que nos pertenece; trabajar, amar y compartir con los hombres la creación de “la otra forma de ser humano y libre”, como proponía Rosario Castellanos, integrando de manera permanente a nuestro pensamiento, a nuestro actuar la equidad de género, hacerla parte integral de nuestra persona para poderla vivir como algo propio, como la mejor expresión de reconocimiento y respeto a lo valioso que somos todos los seres humanos, simplemente por ser personas.





miércoles, 14 de noviembre de 2012

Conferencia “Conociendo la Diabetes Mellitus”.




  
El miércoles 14 de Noviembre en la explanada principal de la SEV en el Km 6 de la Carretera Xalapa-Veracruz, se llevó a cabo la conferencia  “Conociendo la Diabetes” en el marco del Día Mundial de la Diabetes Mellitus.
La conferencia fue impartida por la Dra. Blanca Rosa Colina Torres, quién es parte del programa de prevención y atención de adicciones y conductas antisociales, programa que a su vez forma parte del Departamento de Salud Escolar de la Secretaría de Educación de Veracruz.
Integrantes del equipo del programa de prevención de la violencia escolar y salud integral de la Dirección de Educación Normal asistieron a dicha conferencia.
En el marco de la conferencia se premió a niños que participaron en el “Primer concurso estatal de dibujo infantil 2012”. Los niños participaron en dos categorías, una sobre salud bucal y otra sobre nutrición, los primeros lugares ganaron una laptop y los segundos y terceros lugares ganaron una enciclopedia y material didáctico.
La conferencia habló sobre los niveles normales de glucosa en sangre los cuales son de 70 a 100 mg/dL en sangre.
Valores mayores a 100 mg/dL representan una posible resistencia a la insulina o una falta de producción de insulina en el cuerpo.
Es importante recordar que la resistencia a la insulina es un factor para presentar diabetes mellitus mas adelante y a su vez uno de los factores para desarrollar resistencia a la insulina es la obesidad.
Se hablo sobre la importancia de una alimentación balanceada y la necesidad de reducir el consumo de refrescos y alimentos chatarra en las escuelas, ya que actualmente Veracruz es el lugar número uno en diabetes mellitus tanto en población adulta como en población infantil.
Finalmente la doctora también hablo sobre la importancia no solamente de una alimentación balanceada y una medicación adecuada, sino también de la importancia de incluir la actividad física en los estilos de vida y se dio la recomendación de realizar más de 30 minutos de 
actividad física diariamente.